Conocé a las y los productores de Frutillas del Viento 2025

Detrás de cada frutilla que crece en la estepa patagónica hay una historia de transformación, coraje y amor por la tierra. Este 2025, el proyecto Frutillas del Viento crece de la mano de productores y productoras que apuestan por una agricultura familiar sostenible, resiliente y con identidad. Hoy te los presentamos.

Simón y Andrea – Cholila (680 plantines)

Desde Comodoro Rivadavia al corazón de la cordillera, decidieron dejar la ciudad y apostar por una vida más cercana a la naturaleza. Se instalaron en Cholila con un amor visible por el entorno. Su campo es ordenado, prolijo, y conviven con ciervos que llegan hasta su casa. Un verdadero ejemplo de armonía con el ambiente.

Karen – Paso de Indios (1350 plantines)

Bombera voluntaria, entusiasta y determinada, Karen maneja el camión de bomberos... ¡y también su huerta! Su pasión por el proyecto fue contagiosa: organizó charlas, sumó a otros vecinos, y gracias a ella conocimos a Pehuén. Su energía es motor para toda la comunidad.

Abel – Gualjaina (1900 plantines)

“Soy alambrador, pero quiero ser productor”, dijo cuando lo conocimos. Hoy lo es: cambió su camioneta por un motocultivador, y encontró en la huerta y en sus frutillas una pasión transformadora. Trabaja solo, feliz, acompañado de gallinas… y siempre nos espera con asado.

José y Anita – El Maitén (2700 plantines)

Pareja joven, con raíces profundas en la horticultura. Ella estudia para trabajadora social, él enseña en una escuela agrotécnica y es soguero —un arte en vías de extinción. Su sueño es vivir de la producción agroecológica, criar a su hijo en el campo y transmitirle ese amor por la tierra.

Milo y Laura – Sierra Negra, Paso del Sapo (1300 plantines)

Toda una vida dedicada a la ganadería, hoy busca diversificar su producción con frutillas. Su objetivo: crear las condiciones para que su esposa, cuidadora domiciliaria, pueda regresar al campo desde Esquel. Junto a su madre Doña Mila, de más de 90 años, sueña con una vida rural compartida.

Laura Díaz – Alto Río Percy (1200 plantines)

Heredera del turismo rural familiar, encontró en Frutillas del Viento una vía para potenciar el trabajo en casa y generar ingresos: ¡hoy se ríe porque gana más que su marido! Laura y sus hermanas integran proyectos de senderismo y micoturismo, apostando a un desarrollo local sustentable.

Dalmacia - Paso del Sapo (1900 plantines)

Dalmacia es una joven interesada en la producción. Su esposo Mauricio se dedica a la producción de alfalfa. Ella vio una oportunidad en la producción hortícola. Hoy, ambos trabajan a la par en el campo. Dalmacia es curiosa y entabló amistad con Salinas y Fabiana, quienes le transmitieron el interés y los conocimientos en la producción de frutillas.

Liliana - Costa de Lepá (750 plantines y bombeo eólico)

Hace pocos años, Liliana volvió a su lugar de origen, apostando a la producción ganadera y hortícola. Junto a su esposo Gerardo se complementan en la actividad hortícola, una actividad que ambos disfrutan que ambos disfrutan.

Mario y Ana - Trevelin (1000 plantines)

Mario y Ana, son productores desde hace muchos años. Han incursionado en varias producciones, entre ellas de tulipanes y cerezas. Actualmente se dedican a la producción de frambuesas y al turismo rural. Venden frambuesas, dulces y artesanías.

Pehuen - Paso de Indios (1350 plantines)

Pehuen vió a este proyecto como una oportunidad a lo que él ya pensaba realizar: dedicarse a la producción. Es un grupo familiar unido y colaborativo. De Pehuen nos sorprendió la prolijidad en el armado de lomos,  primera vez que los hizo y a la perfección.

Otros productores que conforman este maravilloso equipo son Fabiana (Paso del Sapo, 1200 plantines y bombeo solar), y José y Mirta (Paso del Sapo, 1000 plantines y bombeo solar).

Innovación, equidad y sostenibilidad: los frutos del primer año.

Durante el primer año del proyecto:

  • Se capacitaron más de 80 productores/as en horticultura de alto valor agregado y uso eficiente del agua.
  • Se implementaron 12 unidades productivas hortícolas con innovaciones socio-técnicas y se incorporaron 18.000 plantines, logrando un 30% de ahorro hídrico.
  • 10 unidades fueron lideradas por mujeres en roles de gestión y comercialización, cumpliendo con los objetivos de equidad previstos para todo el proyecto.
  • Se instalaron 3 sistemas de energía renovable y bombeo de agua (2 solares y 1 eólico).
  • Se realizaron más de 70 asistencias técnicas personalizadas, consolidando una red de acompañamiento técnico en territorio.
  • Se formaron 6 técnicos/as locales en producción hortícola sostenible.

Frutillas del Viento es mucho más que un proyecto productivo: es una red de historias que florecen en el viento patagónico, impulsadas por la energía de las renovables, la fuerza de las comunidades y la esperanza de un futuro justo.

Este proyecto forma parte del eje productivo del programa RedER Chubut, liderado por Fundación 500RPM con el apoyo de la Unión Europea en Argentina. El proyecto cuenta con el respaldo y acompañamiento del INTA, así como con el interés del Gobierno Provincial, cuya ministra de Producción visitó a productores beneficiarios y comprometió acciones para mejorar el acceso al agua.

 

Conocé más en www.frutillasdelviento.ar